Mediodía. Vuelvo a casa, mientras reflejos de sol destripan el autobús de parte a parte.
Una chica se sienta delante. Huele a chicle de menta y perfume de lágrimas.
En la ventana, como en una pantalla, aparecen parkings llenos y miradas vacías.
... en 20 minutos, se relatan los trayectos de toda una vida.
Profundo.
ResponderEliminarme dan ganas de ir a trabajar en autobús
ResponderEliminarEspero que eso sea bueno. Gracias por los coments!
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